sábado, 9 de agosto de 2014

¡A ahorrar se ha dicho!



Los retos, sobre todo al inicio, no suelen ser fáciles. Hace más de seis meses, por ejemplo, me propuse hacer del ejercicio parte de mi rutina de vida. Empecé a correr, pero al poco tiempo noté que mis articulaciones no lo soportaban, así que lo dejé. Después, gracias a Dios, descubrí la bicicleta estacionaria y, desde entonces, he pasado de hacer treinta minutos de bicicleta, a cuarenta minutos todos los días. Bueno, casi todos, porque suelo descansar un día a la semana y a veces, cuando estoy súper cansada u ocupada, dejo de hacer ejercicio hasta por tres días, pero después vuelvo a iniciar.

Desde entonces muchas cosas han cambiado: me siento más contenta conmigo misma, más sana y con más energía. Me canso menos y duermo mejor. Además, logré bajar mi nivel de colesterol.

Ponerse retos, sin duda, conlleva disciplina, trabajo y tesón. Es fácil prometer que se cumplirán, pero cumplirlos es otra cosa. Sin embargo, hasta el día de hoy, me he demostrado a mí misma que pudo cumplir lo que me prometo, así que he decidido imponerme un reto más: no gastar más que para lo necesario a partir de esta fecha hasta final de año y, como resultado de ello, ahorrar más.

Cuando me pongo a pensar en qué áreas debo recortar mis gastos (pues son gastos superfluos, no necesarios) me viene a la mente mi gusto por la ropa. Y por los zapatos. Y los accesorios. Me gustan tanto estos artículos, que ya tengo bastantes, así que si quiero ahorrar debo recortar mis compras. Por eso, de aquí a fin de año solo gastaré en lo siguiente:

* En uno o dos pantalones básicos para ir al trabajo. Algunos de los que tengo están bastante gastaditos, así que esta sí sería una compra necesaria.
* Ropa interior y camisolas. Esto también es un básico.
* Un bolso gris claro y uno beige.
* Me mandaré a hacer tres blusas donde la costurera. Me salen más baratas que comprarlas en un almacén y, al mismo tiempo, de esta forma tendría tres prendas más al precio de lo que cuesta una sola en un almacén (ya tengo la tela para mandar a hacer las blusas, así que solo gastaría en la mano de obra).

Creo que los retos que uno se propone, para que sean verdaderamente alcanzables, deben ser realistas, así que no me comprometo a no comprar absolutamente nada en los cuatro meses que faltan para que termine el 2014. Para cumplir con mi objetivo, me alejaré lo más posible de las tienda, no me ilusionaré con comprar ropa, y haré lo posible para utilizar al máximo los recursos que ya tengo en casa. Eso último implicaría lo siguiente:

1. Utilizar todas las telas que tengo por allí para hacerme bufandas. De esa forma, no gastaré en comprarlas.
2. Igualmente tengo telas con las que podría hacerme blusas para salir el fin de semana. Así que de esta forma estrenaría ropa y evitaría comprar.
3. Revisaré toda la ropa que tengo, que uso y que no uso, que me queda y la que ya no me queda. Haré una "limpia" de mi closet.
4. Como ya mencioné anteriormente, me encantan los accesorios. Pero de aquí a cuatro meses no debo comprar más. Eso no quiere decir que no pueda tener más, pues por allí tengo una cajita con materiales de bisutería, cuentas y otros artículos que bien me podrían servir para hacerme más accesorios sin gastar.
5. Pondré en práctica mi imaginación y crearé mis propios artículos: bolsos pequeños, fundas para mi kindle, etc.
6. Buscaré placeres que no impliquen pagar o que sean más baratas y no requieran pasar por las tiendas: por ejemplo, disfrutar de una tarde leyendo un libro que me guste o actualizando este blog; hacer más jardinería; cocinar; aprender algo nuevo, diferente y útil...

Así que...¡a ahorrar se ha dicho!

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