miércoles, 25 de julio de 2012

Retomando algo que dejé en el pasado...

Cuando estudié bachillerato me enseñaron mecanografía. Como cada semana me exigían que hiciera una cantidad exagerada de planas (las cuales debía hacer en una máquina de escribir de teclas duras) no me planteé seriamente la necesidad de adquirir la habilidad de teclear al tacto; en lugar de ello, me limitaba a escribir al "pica pollo" (utilizando solo dos dedos) para así invertir todo el tiempo que me quedaba en redactar la cantidad demencial de planas, y no así en aprender.

Con el tiempo, cuando terminé mi bachillerato y entré a la universidad, me di cuenta de la necesidad de que aprendiera a escribir al tacto y fue entonces que aprendí por mi propia cuenta.

Creo que igual me ha pasado con la fotografía: Cuando cursé la materia de Fotografía en la Universidad estaba ansiosa por empezar a tomar mis primeras fotografías y empezar a captar el mundo que me rodeaba a través de una lente. Sin embargo, perdí el interés y el entusiasmo tras mi intento frustrado por comprar una buena cámara fotográfica (compré una cámara fotográfica usada que requirió de muchísimos arreglos), mi desazón con el aprendizaje del control manual de la abertura y las velocidades (se exigía que la cámara que utilizáramos fuera manual) y mi larga serie de pruebas y errores (podía tomar un rollo completo de fotografías para que al ser revelado esto obtuviera solos tres o cuatro fotografías de una calidad mediocre).

Tuve algunos maestros de fotografía que fueron bastante buenos; otros, en cambio, hicieron que la experiencia de aprender a atrapar la luz y la imagen fuera una proeza completa. Mi experiencia con el cuarto oscuro fue un desastre y mis padres gastaron un dineral en papel fotográfico y rollos fotográficos.

Con tantas dificultades, decidí dejar de hacer el esfuerzo por capturar excelentes fotografías y me dediqué a hacer lo posible por, por lo menos, aprobar la materia. Ahora que ya me gradué, me volvió el "gusanillo" de la fotografía: Me han dado ganas de volver a retratar lo que existe a mi alrededor, de retratar las cosas bellas de mi alrededor, los eventos de mi vida, lo que es importante para mí...Ahora, sin la presión por aprobar una asignatura, he comprado una cámara fotográfica semi profesional y he empezado a hacer mis primeras fotografías.

Sé que no soy una profesional de la fotografía, que probablemente no tenga un gusto tan estético ni refinado...pero, ¡qué más da! Lo que importa es que explore algo nuevo en lo que no tengo que ser perfecta y que me permita recordar los buenos tiempos. Quiero llegar a mayor y poder abrir un álbum de fotos y a través de sus páginas rememorar las tardes apacibles, los veranos felices, mi colección de cactus...

Y bueno, para empezar este viaje fotográfico que apenas inicio, aprovecho esta entrada para compartir con ustedes algunas de las primeras fotografías que he hecho:


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