lunes, 13 de diciembre de 2010

Vida de pájaros

Retazos multicores aletean, mientras el viento sutil evoca caminos y senderos que anduve, mientras la vida sonríe a la vida misma y mis ojos se postran en la belleza del campo, del trigal y de las nubes que emergen como barcos de papel que navegan mares salpicados de plumas...

En donde vivo no es posible contemplar a las aves. Vivo amurallada por el concreto, rodeada de paredes y en mi casa apenas hay pequeñas retículas, espacios por donde ver el cielo y a uno que otro pajarillo. En mi país, las personas mueren día a día, así que ¿Qué más da si ya no se escucha el bullicio chabacano de los pericos, y éstos ya no tanochan el cielo como si fueran hileras de puntos?

En mi país la vida de un hombre y de una mujer no vale nada, así que en esta cadena evolutiva, la vida del ser vivo que no anda erguido, vale menos que un centavo. Ante tan deprimente panorama, siempre es bueno recordar lo bello y lo sublime, lo hermoso y lo diáfano, lo que nos hace sentir el olor del campo, el viento rozando las mejillas, la seguridad constante de una vida tranquila, de una vida en la que volar sea posible y las alas no las tengas cortada por la miseria, la desesperación y la angustia.

Para aquellos que estamos amarrados a la jungla de concreto y a los titulares sangrientos de los periódicos nacionales, los dejo con una serie de fotografías del estudio Jhon & Fish, de Taiwan (la dirección de su flickr es: http://www.flickr.com/photos/johnfish/), para que puedan disfrutar de una mañana virtual lejos del estrés cotidiano y la realidad imperante.






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