El mundo está plagado de estereotipos y de paradigmas que no necesariamente son manifestación de la realidad: Las rubias son tontas, los latinos, "ardientes"; los nerdos son feos y anti-sociales; las chicas guapas son altas y voluptuosas; los jóvenes son superficiales...La lista podría continuar hasta el infinito.
Creo que uno de los grupos sociales más afectados por los estereotipos somos nosotras, las mujeres. Vivimos acosadas por una cultura mediática que nos incita a cumplir con un perfil específico, pero que paradójicamente después nos censura por adoptarlo.
Por ejemplo, a las mujeres se nos motiva a ser sexualmente atractivas, a adoptar posturas, vestuarios y estilos de vida que reflejan eso. Se nos incita a ello, para tarde o temprano llegar a ser tratada como objetos, como muñequitas de porcelana o muñecas inflables.
Se nos incita a ser bellas, a buscar la belleza a toda cosa porque es importante para conseguir marido, un trabajo, para ser exitosa y admirada. Después vendrán los reclamos de la sociedad moralizante que reclama el hecho de que miles de mujeres pongan en riesgo sus vidas con cirugías plásticas que no necesitan.
¿Ser o no ser? Ese es el dilema. ¿Nos conformaremos las mujeres con ser lo que la sociedad quiere que seamos o buscaremos nuestro propio camino? Las mujeres no somos lo que los políticos dicen de nosotras, ni lo que los medios de comunicación divulgan.
Creo que uno de los grupos sociales más afectados por los estereotipos somos nosotras, las mujeres. Vivimos acosadas por una cultura mediática que nos incita a cumplir con un perfil específico, pero que paradójicamente después nos censura por adoptarlo.
Por ejemplo, a las mujeres se nos motiva a ser sexualmente atractivas, a adoptar posturas, vestuarios y estilos de vida que reflejan eso. Se nos incita a ello, para tarde o temprano llegar a ser tratada como objetos, como muñequitas de porcelana o muñecas inflables.
Se nos incita a ser bellas, a buscar la belleza a toda cosa porque es importante para conseguir marido, un trabajo, para ser exitosa y admirada. Después vendrán los reclamos de la sociedad moralizante que reclama el hecho de que miles de mujeres pongan en riesgo sus vidas con cirugías plásticas que no necesitan.
¿Ser o no ser? Ese es el dilema. ¿Nos conformaremos las mujeres con ser lo que la sociedad quiere que seamos o buscaremos nuestro propio camino? Las mujeres no somos lo que los políticos dicen de nosotras, ni lo que los medios de comunicación divulgan.
No solo somos muñequitas obsesionadas con los trapos y los zapatos
Y tampoco permitiremos que se nos satirice y se dejen a un lado nuestros problemas reales: El feminicidio; la agresión, abuso y acoso sexual; la discriminación...No se juega con los problemas de las mujeres.
También es momento de dejar de incentivar la rivalidad femenina. Además de que produce muchísimo daño en los ámbitos laboral y personal, impide que las mujeres nos unamos para defender nuestros derechos. Envidiar a otros congéneros del mismo género no debe ser "mercadeado" como un privilegio o una característica femenina. No se debe incentivar este tipo de conductas.
También es momento de dejar de incentivar la rivalidad femenina. Además de que produce muchísimo daño en los ámbitos laboral y personal, impide que las mujeres nos unamos para defender nuestros derechos. Envidiar a otros congéneros del mismo género no debe ser "mercadeado" como un privilegio o una característica femenina. No se debe incentivar este tipo de conductas.
Ser una mujer real es darme cuenta que mi verdadero valor no está en mi valor reproductivo o erótico, que soy más de lo que se puede ver. Ser una mujer real implica darme cuenta de que no tengo porqué ser títere del sistema. Creo que ser una mujer de este tipo no es fácil y que es una tarea solitaria y cruel, y muchas veces poco entendida. Me encantaría llegar a ser una mujer real. Y me encantaría que más mujeres, también lo fueran.
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