Puedo decir de que he crecido junto a este blog. A mucha gente podrá parecerle que esta es una pérdida de tiempo. Que quien tiene un blog no gana nada. Que ofrenda su tiempo, capacidad y energía en aras de una misión vacía, hueca, improductiva. Yo puedo decir que, por lo menos a mí, me ha enriquecido. Y me ha dado un espacio para conversar con muchas personas a las que no conozco y, de paso, conversar conmigo misma, de tú a tú y francamente.
Este blog ha estado desatendido últimamente. Pero ya no más. He vuelto a recordar y recobrar la pasión de antaño, he vuelto a recordar lo feliz que me sentía cada vez que terminaba una entrada. He vuelto a recordar, y al hacerlo, he vuelto a vivir esos momentos y, con ello, he decidido que quiero vivirlos por más tiempo. Así que este blog sigue y seguirá vigente por mucho, mucho tiempo.
Esta mega, híper, larga reflexión surgió porque quiero presentarles un blog que desde que lo visité por primera vez me encantó. Se titula The Cookie Button . Para escribir esta entrada me puse a buscar al blog en cuestión, y, ¿adivinen qué?: ¡Ya no existe! Cuando me di cuenta de eso pensé que era una verdadera lástima, porque era un blog tan bonito, tan bien escrito, tan lleno de detalles...Me pregunté, en ese momento, por qué su autora lo eliminó.
Aprovecho esta entrada para compartir con ustedes algunas imágenes de este blog donde abundaban las manualidades, los diseños bonitos y, sobre todo, las cosas kawaii. Espero que la autora de este blog no lo haya eliminado porque pensara que era una tarea inútil, improductiva, sobre todo porque, aunque ella no lo sepa, hubo una persona que disfrutó muchísimo de sus aficiones y gustos, de su pasión por la belleza...hubo alguien que leyó su blog, y sin duda hubo muchos más, que todavía recordamos con cariño a The Cookie Button:
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