En un día caluroso, después de una rutina de ejercicios agotadora, después de un día estresado...no hay nada mejor que darse un baño. Pero no de aquellas duchas a la carrera, como si el suministro de agua se nos fuera a terminar (como cuando se está apurado, que en menos de cinco minutos uno se enjabona y quita el jabón). No me refiero a esas duchas que uno se da por compromiso (con uno mismo, y para con otros); no me refiero a las duchas rutinarias...me refiero a esos momentos de placer infinitos en que nos tomamos todo el tiempo del mundo para ducharnos a la vez que reflexionamos sobre la vida (no por nada dicen que las mejores duchas son aquellas en las que el 70% del tiempo está dedicado a pensar, y el otro 30%, a bañarse). ¡¡Ah, esas duchas, de las que uno sale súper oloroso a jabón y shampoo! Y ahora, imagínense qué maravillosa sería la experiencia con estos preciosos jabones de Olivia Soaps:
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