¿Se recuerdan que hace algunos meses me lamentaba no estar preparada para las dificultades y actividades de la vida cotidiana? Sí, me imagino que sí lo recuerdan (precisamente dicha entrada se ha convertido en una de las más visitadas). Bueno, pues les cuento que he hecho progresos. En primer lugar, he ido a clases de manejo y puedo decir que ya puedo manejar. Me falta sacar la licencia, practicar más y comprar mi propio carro (estoy a varios millones de años /y dólares/ de lograrlo) y he empezado a ir a cursos de cocina.
El primer curso al que fui fue a uno de Cocina Oriental y a una clase exprés de ensaladas y vinagretas. ¿Qué aprendí del Curso de Cocina Oriental? Que el cerdo sabe bien con ajonjolí y azúcar, que hay muchas formas de cocinar el pollo, que la comida con crema o leche de coco no me gusta y que los ingredientes para cocinar verdadera comida oriental son muy, pero muy caros.
También descubrí nuevos sabores...el sabor de las hojas húmedas para rollitos primavera, el rico saber de las verduras al tempura, las deliciosas combinaciones que se pueden lograr con semillas y, especialmente, con ajonjolí...Me gustó tanto mi curso de Cocina Oriental, que al poco tiempo decidí inscribirme en un curso de pies y tartaletas, y he aquí el resultado...
Este es mi primer pie de manzana...
Mi primer pie de tamarindo...
Y estas son fotografías de detalle de, nuevamente, mi pie de manzana...
Y aquí les presento, a las primeras tartaletas de higo, ron y leche condensada elaboradas 100% por mí...
Estos cursos han sido verdadero descubrimiento: He descubierto nuevos sabores, nuevos ingredientes y me han dado muchísima confianza en mí misma para seguir cocinando. Así que aunque por un tiempo ya no tomaré más clases (con la compra de tantos materiales y el pago de las clases he quedado totalmente en bancarrota) no dejaré de aprender cosas nuevas y de tratar de ser cada día más capaz.
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