Hace muchos años, cuando era niña, vi una miniserie de la cual nunca volví a escuchar. La transmitían todos los sábados por la mañana, momento en que mi mamá y yo nos sentábamos frente al televisor a disfrutar de las aventuras de una chiquilla pelirroja que se convierte en la hija adoptiva de una pareja de hermanos que habían solicitado que un orfanato de la zona les enviara un chico (y no una chica) para que les ayudara con las faenas de su granja.
Pasados los años (y después de haber visto todos los capítulos de la miniserie) no recordaba el nombre de esta, ni de su protagonista, no tenía una idea clara de cuál había sido la trama, pero sí recordaba con suspiros y deleite las bellas escenas campiranas en las que se ambientaba la historia, lo atípico y desenfado de la chiquilla del desordenado pelo rojo y el amor tortuoso que la unía a su vecino y rival en la escuela.
Un día de estos me desperté recordando esta serie que tanto me encantó, y como tenía algún tiempito de sobra, hice la respectiva investigación en Internet en mi afán por, si tenía suerte, ver varios capítulos o si fuera posible, todos los capítulos de la serie.
Bueno, pues mi investigación arrojó que la serie en cuestión se llamaba "Anne of Green Gables" (o "Ana de las Tejas Verdes", en español), que se rodó allá por la década de los ochentas y que se basa en el libro homónimo escrito por la canadiense M. Montgomery.
Talvez hoy en día casi nadie recuerde a "Ana de las Tejas Verdes", sin embargo, todavía habemos algunos que recordamos con cariño a la chiquilla pelirroja que se enamoró de su socarrón compañero de clases. Todavía algunos tenemos anidado, en un pedacito del corazón, a la tierna niñita de la melena roja.
Pasados los años (y después de haber visto todos los capítulos de la miniserie) no recordaba el nombre de esta, ni de su protagonista, no tenía una idea clara de cuál había sido la trama, pero sí recordaba con suspiros y deleite las bellas escenas campiranas en las que se ambientaba la historia, lo atípico y desenfado de la chiquilla del desordenado pelo rojo y el amor tortuoso que la unía a su vecino y rival en la escuela.
Un día de estos me desperté recordando esta serie que tanto me encantó, y como tenía algún tiempito de sobra, hice la respectiva investigación en Internet en mi afán por, si tenía suerte, ver varios capítulos o si fuera posible, todos los capítulos de la serie.
Bueno, pues mi investigación arrojó que la serie en cuestión se llamaba "Anne of Green Gables" (o "Ana de las Tejas Verdes", en español), que se rodó allá por la década de los ochentas y que se basa en el libro homónimo escrito por la canadiense M. Montgomery.
"Ana de las Tejas Verdes" podrá ser demasiado tierna, romántica y sentimentalona, pero la verdad es que a mis doce años (creo que esa era más o menos la edad en que vi la serie) y aún ahora me gusta muchísimo. Sobre todo me encanta el tierno idilio entre Ana y su compañero de escuela y vecino, Gilbert Blythe. El chico, quien es tres años mayor que ella, entra a su vida cuando el primer día de clases le hala el cabello y la llama "zanahoria" haciendo alusión a la pelirroja melena de la niña. Ana, quien detesta el color de su cabello y que incluso en una ocasión intenta teñirselo (dejándoselo completamente verde por error), se siente hondamente molesta y pasarán muchos años para que perdone a su atolondrado compañero.
Además del mal inicio en su relación, ambos son excelentes estudiantes, por lo que compiten constantemente e incluso se llegan a disputar una misma beca.
Desde el principio, Gilbert estaba enamorado de Ana (lo que ya se prevé desde el inicio de la serie cuando él le hala las trenzas) y poco a poco, a pesar de velar su amor con muestras de sarcasmo y rivalidad, demuestra su carácter dulce y fiel, lo cual lo convierte en el leal amiga de Ana, quien poco a poco también se enamora de su amigo, aunque ella oculte sus sentimientos.
Con el paso de los años los chiquillos crecen, y es entonces que Gilbert declara su amor a una confundida Ana que lo rechaza. A continuación muchos eventos unirán y separarán a los dos jóvenes.
Además del aspecto romántico, me encanta esta serie por la personalidad de su protagonista. Ana es una chica atípica, valiente, con carácter, tesonera, deseosa por complacer y que es capaz de granjearse el afecto de todos los que la rodean.
Constantemente torpe, impulsiva a veces, insegura por momentos (por ejemplo, odia su cabello y se cree fea) es la típica chica que se niega a crecer y a experimentar el amor romántico, la típica chica que sigue montando en bicicleta ya bien avanzada la adolescencia. Ana es verdaderamente tierna, una gran devoradora de libros y con grandes ambiciones (desea ser escritora).
Constantemente torpe, impulsiva a veces, insegura por momentos (por ejemplo, odia su cabello y se cree fea) es la típica chica que se niega a crecer y a experimentar el amor romántico, la típica chica que sigue montando en bicicleta ya bien avanzada la adolescencia. Ana es verdaderamente tierna, una gran devoradora de libros y con grandes ambiciones (desea ser escritora).
Creo que es más que obvio, pero la verdad es que me encanta esta serie. Me gusta tanto que estoy deseosa por encontrar un sitio en Internet en el que pueda ver todos sus capítulos (si conocen algún sitio en donde pueda ver esta serie, les agradecería muchísimo si me pudieran enviar la dirección). Pero bueno, mientras tanto los dejo con algunos videos de "Ana de las Tejas Verdes" que he encontrado en you tube:
Talvez hoy en día casi nadie recuerde a "Ana de las Tejas Verdes", sin embargo, todavía habemos algunos que recordamos con cariño a la chiquilla pelirroja que se enamoró de su socarrón compañero de clases. Todavía algunos tenemos anidado, en un pedacito del corazón, a la tierna niñita de la melena roja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario