Soy de la idea que somos lo que somos, en alguna medida, por quienes forman nuestro presente y nuestro pasado. Somos uno solo con quienes nos formaron y nos instruyeron y con quienes formaron e instruyeron a nuestros padres. Algunos de sus rasgos físicos, lecciones de vida, traumas y anhelos nos alcanzan, y es por eso que no podemos decir que estamos aislados de ellos porque de alguna manera los llevamos con nosotros.
Este día aprovecho para presentarles a alguien que forma parte de mi pasado y, por tanto, también de mi presente aunque nunca la conocí:
Este día aprovecho para presentarles a alguien que forma parte de mi pasado y, por tanto, también de mi presente aunque nunca la conocí:
Ella es mi bisabuela. Por ella tiene su nombre mi hermana y por ella mi padre no murió de hambre cuando era niño. Mi bisabuela tenía fama de enojona y de buena cocinera, de mujer agobiada por la pena de un esposo borracho y maltratador. Era asmática (al igual que mi papá) y murió de asma. Ayudó a su hija a criar a los siete niños que procreó con un hombre que no se hizo cargo de su responsabilidad paterna y que jamás consideró el ser padre como un privilegio, sino como una obligación.
De mi bisabuela hay recuerdos buenos y malos (me atrevería a decir que sobre todo buenos) y toda la familia de mi papá le agradece que no los haya dejado perecer de hambre. Yo también le agradezco porque de alguna manera, al ayudar a mi padre, sin imaginárselo me ayudó a mí y a mis hermanos e hizo posible que mi historia, mi vida, nuestras vidas fueran posibles.
Gracias, Ma' María.
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