Para desestrarse, muchos gustan de ver comedias. En mi caso, las películas que me desestresan son las películas animadas japonesas, pobladas de espíritus y personajes fantásticos, con historias inusuales y surrealismo y ambientes inconcebibles.
La primera película japonesa con la que he iniciado estas vacaciones es "Haru en el reino de los gatos", un film que precisamente tiene todas las características que mencioné al inicio de esta entrada y que, además, transmite una reflexión muy aleccionadora y posee gran maestría en el argumento.
La trama de "Haru en el reino de los gatos" inicia cuando la colegiala Harua salva a un misterioso gato que está a punto de ser atropellado por un camión. El minino en cuestión resulta ser el príncipe del reino de los gatos y tras su salvamento, el rey gato se empeña en casar a Haru con su hijo, como muestra de agradecimiento.
Haru no desea casarse con el príncipe, por lo que solicita la ayuda e intervención de la oficina de Asuntos Gatunos, quienes ayudan a la adolescente cuando esta es secuestrada por los gatos y llevada a su mundo para que sea desposada.
"Haru en el reino de los gatos" es una película exquísita y muy interesante, ideal para un fin de semana o un día de vacaciones, como los que estoy disfrutando actualmente.
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